sábado, 6 de noviembre de 2010

GESTION PEDAGOGICA Y FORMACION DOCENTE






¿ LAS POLITICAS DE FORMACIÓN DOCENTE, EN COLOMBIA, HAN IMPACTADO LA GESTIÓN PEDAGÓGICA?
Integrantes:
Carolina Berrio Hoyos.
Maria Helena Hoyos Mejía.
Yasmin Rocio Poveda Sánchez.


Parece un sitio en común para todos los participantes en el Blog del grupo, entender que las políticas de formación docente en el país, no han impactado de una manera notoria la asertividad de la gestión pedagógica gracias a concepciones limitadas del proceso de formación docente y su poder de trasformación al sistema educativo.
Esta reflexión parte de entender la política de formación docente, en contraposición de una tendencia reduccionista (que la agota al limitarla a ser un medio efectivo para procurar cambios puntuales e implementar metodologías novedosas en el proceso enseñanza aprendizaje), como un conjunto de actuaciones estatales e institucionales que enmarcadas dentro de una determinada concepción del quehacer educativo y del sujeto docente, posibilita procesos de actualización tendientes a una acción ente significativa y pertinente, fortaleciendo tanto el dominio disciplinar y saber científico, como y sobre todo, su saber pedagógico y poder educativo.

En torno a esta premisa, resulta de vital importancia visualizar el marco referenciar de las políticas públicas de formación docente en diferentes esferas internacionales, para llegar a Colombia como estado emisor de políticas instrumentales, con poca capacidad de trasformar y cualificar el sistema educativo.

En este sentido, Europa, presenta uno de los sistemas formativos más ambiciosos para educadores , impactando positivamente la calidad de su sistema educativo, en general la política de la comunidad europea en este punto, tiene como ejes; la profesionalización del ejercicio docente organizada de manera centralizada en la mayoría de los casos, con excepciones importantes como Inglaterra mediante diferentes niveles de formación, la culminación del ciclo inicial mediante una fase final de cualificación que se presenta en el aula, como proceso de sensibilización real del nuevo docente a través del apoyo de un tutor esta estrategia toma una posición importante ante el significado de formación del maestro, pues sobrepasa el planteamiento ideal de lo que debe hacer el maestro para capacitar en lo que realmente es el proceso de enseñanza aprendizaje, de esta manera Europa demuestra una definición política no solo basada en lo que idealmente el maestro debe hacer, sino un interés pertinente en lo que se hace realmente en el aula de clases, núcleo vital del sistema educativo, un sistema de actualización continua considerada, bastante fortalecido y por ultimo un replanteamiento permanente de las necesidades sociales y cambios culturales del proceso educativo que enmarca contextualmente el desarrollo formativo del educador.

Sin embargo no se puede dejar de lado otros factores que apoyan el éxito del sistema formativo docente de estos países y tienen más relación con el proceso de diseño de las políticas públicas, que con los definiciones antes mencionadas. Europa ha trazado sus políticas de formación, con procesos que valoran la reflexión permanente del quehacer docente, permitiendo una toma de decisiones de manera en donde confluyen autoridades educativas, instituciones, docentes y la sociedad civil. A su vez el sistema de formación, se relaciona en paisas europeos, tal es el caso de Finlandia, con sistemas de selección docente, bienestar social y reconocimiento de la sociedad civil.

Otro punto de referencia de políticas públicas en torno a la formación de educadores es Estados Unidos, que si bien se diferencia de gran manera de la Europea gracias a la autonomía estatal, se han definido estándares de formación a nivel nacional por parte del Consejo Nacional para la Acreditación de Docentes y la Junta Nacional para la Fijación de Estándares Profesionales de la Enseñanza, tendientes a la profesionalización y educación continuada del docente. Si bien es difícil encontrar al revisar esta políticas, sustentos filosóficos comunes en relación con el docente o el proceso enseñanza aprendizaje, aproximaciones reflexivas realizadas comparando diferentes enfoques y naciones , sugieren en esta país concepciones del educador como un trabajador que requiere se entrenado que enmarca su trabajo dentro de definiciones de éxito y exigentes sistemas de evaluación.

La revisión internacional, permite evidenciar una concepción del docente preparado, empoderado de su proceso formativo y capacitado profesionalmente para su ejercicio educador, lo que no solo se relaciona con el desarrollo de su capacidad y con las condiciones idóneas para el ejercicio en aula. Con procesos de educación teórico – prácticos, tanto en los componentes pedagógicos, como disciplinarios.



POLITICA EDUCATIVA DE FORMACION DOCENTE EN COLOMBIA.

Colombia, de tiempo atrás ha puesto de moda el término “calidad”, en los ámbitos empresariales, políticos, sociales, económicos y educativos; en este último ha tomado, fuerza la palabra “calidad”; sobre todo desde que se ha desarrollado la política de la Revolución educativa, la cual en su segundo punto, hace referencia a la calidad; al realizar el desglose de esa política dice: “que se busca desarrollar cuatro acciones principales para mejorar la calidad educativa entre ellos menciona: “capacitación de profesores, conectividad, evaluación permanente de profesores, alumnos, planteles y controles” , dice que para cumplir estas propuestas, la primera acción que se debe implementar es: “capacitar al profesorado de básica y media en: matemáticas, ciencias básicas, español, inglés e historia, y en nuevas e innovadoras metodologías que les permitan, no sólo enseñar, sino aplicar adecuadamente el proceso de conectividad. Para financiar este proyecto aplicaremos parte de los nuevos recursos del Icetex, provenientes de un crédito de largo plazo y baja tasa de interés”.

Lo descrito anteriormente fue la motivación para analizar si realmente estas políticas de formación docente, dadas en Colombia, han impactado la gestión pedagógica, entendida esta, como el proceso enseñanza – aprendizaje; o si por el contrario es muy poco o nulo que esa política de formación este viéndose reflejado en el aprendizaje de los estudiantes.

Sin embargo, consideramos que no ha impactado totalmente y de manera positiva esta política en los procesos pedagógicos, sin demeritar tampoco que se han realizado esfuerzos para que los profesores se capaciten a través de créditos blandos, capacitaciones, estímulos y reconocimientos a la labor educativa.

Pero pese a ello, seguimos considerando que no han hecho mella en los escenarios educativos, porque la formación docente se ha orientado a una oferta de programas que se realizan por convenios universitarios con entidades gubernamentales para disminuir costos; estos programas no convocan a la Instituciones educativas sino a los intereses particulares de los docentes, ejemplo: un docente de una materia x, desea profundizar en aspectos propios del área, en actualizaciones o cursos, especializaciones, diplomados etc., que tengan nombres de actualidad, lúdica en el aula, manejo de tics, cualquiera que le permita certificar que si hay actualización académica permanente o para ascenso en el escalafón.

Entonces desde este punto vista, y cada quien con su objetivo podría decirse que los maestros, buscan capacitarse, y estar a la vanguardia con las nuevas expectativas educativas. Entonces que sucede en las aulas???, porque, no se reflejan esos nuevos aprendizajes en actualizar o mejorar los procesos pedagógicos?.

Lo anterior podría explicarse desde las palabras expuestas en el documento: Política Educativa, equidad y formación docente, a través del cual se exponen elementos importantes que pueden dar respuestas a los interrogantes anteriores:

 Explican que las entidades encargadas de la formación “no realizan acompañamientos, no realizan una necesaria readecuación de sus saberes en el sentido de que su propuesta no es válida para todo tipo de Institución”.

Esto puede interpretarse como que, las universidades promuevan programas que permitan adaptarse a las características institucionales y los intereses de los docentes, para que con esta estrategia, la formación docente realmente impacte en los procesos pedagógicos. Esto a simple vista parecería utópico porque las instituciones de educación superior, no van a personalizar sus programas, y en ocasiones los intereses de los docentes buscan que sean programas económicos y que esto se vea reflejado en sus ascensos para obtener un mayor ingreso económico.

Las políticas de formación docente en Colombia, no tienen en cuenta las necesidades particulares de las Instituciones de Educación, como punto de partida fundamental para el desarrollo efectivo del proceso de formación. Cada institución educativa debe realizar en su interior un diagnóstico de necesidades que tenga en cuenta, no solo su direccionamiento estratégico, sus procesos y procedimientos, sus recursos humanos docentes, sus recursos físicos y financieros, sino también aquellas fortalezas y debilidades que se evidencian en el proceso enseñanza - aprendizaje que se lleva a cabo al interior de cada aula y de cada grupo de estudiantes. Es así como, se debe “partir de los problemas directos de desempeño laboral: las dificultades reales que el educador debe resolver en su trabajo, las necesidades de las escuelas, el desarrollo educativo de la comunidad y el logro de mejores aprendizajes de los alumnos” .

El documento también argumenta otro elemento importante por el cual el impacto de la formación docente es mínimo respecto a la práctica pedagógica y es que “los maestros no saben cómo enfrentar pedagógicamente los problemas de equidad social que ingresan a las aulas, tampoco las entidades pueden proporcionarles orientaciones claras que los conduzca a satisfacer sus necesidades de enseñanza en la ruta esperada”

Si bien las políticas de mejoramiento de la calidad de la educación, orientadas a modificar los elementos críticos del sistema (formación de profesores, métodos pedagógicos, y otros) son importantes, no son suficientes para alcanzar la equidad.

Basadas en lo anterior, puede decirse que el origen familiar, cultural de los estudiantes, los factores extraescolares, la influencia de los medios de comunicación, invita a las directivas y docentes a pasar de los conocimientos y sus disciplinas académicas, a construir relaciones con los conocimientos que poseen los estudiantes, fundamentados en los saberes científicos, y académicos. Si bien es cierto el docente es la pieza clave de todo sistema educativo y la clase es el espacio privilegiado de la educación formal, es allí donde se lleva la praxis el proceso enseñanza – aprendizaje. En la clase se realizan acciones, en las cuales el conocimiento esta mediado en la relación maestro – estudiante; en ella se integran factores complejos enfocados hacia la búsqueda de formación de un individuo libre, autónomo, único y capaz de apropiar el conocimiento, actitudes y acciones referidas a la realidad.

La formación del docente se va definiendo cada día con más complejidad, pues se le van asignando misiones que la sociedad o la familia relegan de sus cometidos. Por esta razón se van añadiendo con más frecuencia rasgos que antes se quedaban en un segundo orden.

Así las cosas, para realizar este diagnostico es fundamental la participación activa de todos los docentes, los cuales deben estar dispuestos a someterse a dicho proceso y a cooperar con la solución de los problemas, sin embargo, es muy común encontrar resistencia en profesores, ya que ven vulnerada su libertad de cátedra y su profesionalismo; este rechazo, es más evidente en las IES donde los docentes argumentan falsas creencias como: El buen profesor nace, no se hace; si un profesor es un buen investigador y domina su materia también sabrá enseñarla; y la enseñanza es un arte, no una ciencia. De tal manera que este proceso no es fácil y requiere estrategias que permitan involucrara a los actores, individual y grupalmente, para formular adecuadamente un plan de formación que se ajuste a las realidades de cada institución.

Ninguna reforma dará resultados positivos sin la participación activa del cuerpo docente, es prioritario prestar atención a la situación personal, social, material y cultural de los educadores. La entidad territorial o instituciones donde laboran les debe, ofrecer oportunidades para mejorar su calidad de vida, sus conocimientos y capacidades a lo largo del ejercicio profesional.


Leyendo algunos documentos respecto al tema, encontramos un documento diagnostico de la formación docente en Colombia, elaborado por Gloria Calvo, Diego Bernardo Rendón y Luis Ignacio Rojas, a través del cual puede concluirse, que a pesar de los cambios, generados a partir de la ley no dan cuenta cabal de que realmente puede estar ocurriendo en la unidades formadoras de docentes, toda vez que las nuevas propuestas, que incluyen como uno de sus componentes la investigación formativa pueden estarse viendo obstruidas por la permanencia de modelos pedagógicos tradicionalista que privilegian contextos de formación técnico. Profesionalizante, los cuales en muchas ocasiones, riñen con los cambios y reestructuraciones teóricas, pedagógicas y curriculares promovidos desde la investigación.
Lograrlo, exige una gran transformación y no más de los mismo (más cursos, más años de estudio, mas certificados. etc), se requiere un cambio del modelo convencional, ya que estos modelos han mostrado ineficacia, desde el punto de vista de los docentes, su crecimiento y desempeño profesional, como el escaso impacto de dicha formación sobre los procesos pedagógicos y resultados a nivel del aula de clase.

Por lo tanto, es necesario centrar el proceso de formación en los docentes y en su práctica pedagógica “a partir de tres necesidades: el desarrollo humano de los maestros, la actualización de conocimientos y la profesionalización” de los mismos, para así brindarles los conocimientos teóricos, metodológicos y didácticos necesarios para enfrentar adecuadamente los retos de la educación y su propio proyecto de vida. Además es imposible realizar este proceso con éxito si no se tiene en cuenta y se ajusta a la historia, la cultura y el clima organizacional al interior de cada institución, comunidad y sociedad.

5 comentarios:

  1. Recuerden señalar su posición al respecto, es decir consideran que sí impactan o no.
    Yo veo que las políticas educativas referidas a la formación docente se basan en "informar" cambiando la temática, unas veces son las competencias, otras las TICs, otras temas de inclusión... en fin pero lo que tiene que ver con el saber pedagógico no se trabaja, yo me atrevería a decir que esto está directamente relacionado con quienes diseñan las políticas pues en esos grupos escasean los educadores o las personas que saben que es un aula de clase de verdad.

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  2. ¿LAS POLITICAS DE FORMACIÓN DOCENTE, EN COLOMBIA, HAN IMPACTADO LA GESTIÓN PEDAGÓGICA?
    Se debe reconocer que la Revolución Educativa en sus ocho años de desarrollo generó diversos proyectos de formación docente en el Sector Público en los niveles de educación básica, media y superior, mediante Becas para estudios en el país o en el exterior, formación sobre competencias pedagógicas, cursos y talleres sobre estándares y lineamientos educativos; también las Secretarias de educación Certificadas realizaron lo propio; pero desde mi experiencia como docente del sector oficial considero que la inversión de recursos no se reflejó en la práctica pedagógica al interior de las aulas. Esto puede deberse al hecho de que muchos docentes en el sector oficial siente vulnerado sus derechos al incumplimiento en los pagos o en las condiciones laborales, lo cual genera que en muchas ocasiones consideren que recibir un curso de formación es simplemente “algo ganado” o “más trabajo”.
    Considero que para lograr que la formación docente impacte en el aula, es necesario mejorar las condiciones de vida de cada docente a nivel de reconocimiento social, mejores ingresos, fortalecimiento de su ser personal y vida interior.

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  3. Si bien la Formación Docente es un eje decisivo de la PP educativa y son extensos los esfuerzos de diferentes organizaciones como Banco Mundial (BM), para central la atención de los diversos países en esta temática y en América Latina en particular, pareciera que en Colombia estas políticas han venido a viabilizar cambios pedagógicos o metas estratégicas del ministerio, o preparándolos de manera aislada para asumir nuevos roles, dejando un poco de lado su verdadero sentido. En este aspecto el grupo debe reflexionar de manera central en la relación; calidad de la educación y condiciones personales, profesionales y pedagógicas de los docentes.

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  5. ¿Existen verdaderas políticas de formación docente? o sólo cursos de capacitación con el fin de cumplir; y ahora que dentro de la política de la educación para la prosperidad, uno de los principales objetivos es formar los docentes, se tendra claro de que se tipo de capacitación, formación o desarrollo se necesita, por donde comenzar, ¿cual es el plan?, en definitiva tengo mis dudas.

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BIBLIOGRAFIA

  • Vargas, Martha. Materiales educativos: Procesos y Resultados. Edición del convenio Andrés Bello. Julio de 2003. p. 110. Bogotá, Colombia.
  • Calvo Gloria, Camargo Abello Marina, Gutiérrez Duque Marybell. Política Educativa, equidad y formación Docente. Universidad Pedagógica, Colciencias Colombia, Alcaldía Mayor de Bogotá. cap. 6. Pag.152
  • http://www.mineducacion.gov.co/1621/articles-85576_archivao_pdf.pdf, pág. 5 y 6
  • http://www.acreditaciondocente.cl/usuarios/nseve/doc/200911252152150.Tendencias_internacionales_de_desarrollo_profesional_docente_LFVezub.pdf, recuperado Noviembre 2010.
  • RED EUROPEA DE INFORMACIÓN EN EDUCACIÓN - EURYDICE. Temas Clave de la Educación en Europa, Bruselas, 2002, recuperado 24 de noviembre 2010 de www.mepsyd.es/cide/jsp/plantilla.jsp?id=eurydice032002.